domingo, 28 de abril de 2013

Estrategias para establecer la Coherencia local


UNIDAD 1

TEXTO BASE 12

Ya hemos dicho que el proceso de producción de un texto es complejo e implica para el autor orquestar habilidades y conocimientos variados y múltiples.

En este contexto de complejidad quedan enmarcadas también las estrategias para establecer la coherencia local. De modo que procederemos aquí a una primera explicación que ampliaremos en la unidad 4.

Para completar las estrategias semánticas estudiaremos unas nociones sobre coherencia local, relacionadas con las decisiones que toman los autores para resolver el problema de ordenar, distribuir y conectar el sentido de la información de modo que ésta resulte coherente para los lectores.





¿Porqué se llama coherencia local?

En primer lugar, para distinguirla de la coherencia global.

En segundo lugar, porque estas estrategias se activan en niveles diferentes.
La coherencia local asigna los significados del texto en el nivel de la estructura de las oraciones individuales y relaciona la coherencia y cohesión de unas oraciones con otras.

Como opera en el nivel oracional, se la denomina también coherencia lineal y microestructura.

Si recuperamos los conceptos que estudiamos en el punto anterior podemos establecer una comparación entre coherencia global (macroestructural y superestructural) y coherencia local o lineal (microestructural) y así podemos evaluar qué tienen en común, en qué se diferencian y cómo se complementan.




Significado y referencia

Para abordar este tema, hablaremos de proposición, concepto que se define como el significado de una oración aislada.

Al caracterizar estas estrategias como semánticas nos referimos a que se vinculan al orden de los significados generales y conceptuales de palabras, grupos de palabras y oraciones y también a las relaciones entre esos significados y la realidad a la que se refieren (relaciones referenciales). De modo que los hechos son los referentes de las proposiciones.

Pueden ampliar este tema en:

Coherencia local: definición
Proposiciones y mundo posible
Relaciones causa-consecuencia
Relaciones motivos-acciones

En las secuencias textuales aparecen señales que revelan estas relaciones entre significados y realidad y entre los significados entre sí, relaciones que ocurren fuera y dentro del texto. La primera relación que describiremos es la de co-referencia, que relaciona participantes de hechos conectados por medio de una relación de identidad, se continúa hablando de la misma cosa o persona, se mantiene el foco.

Ejemplo:
Las tarifas telefónicas para acceder al uso de Internet registrarán una rebaja de hasta cinco veces en los costos actuales. En promedio, ahora cuesta 1 peso la hora de navegación pero pronostican que bajará a 20 centavos hacia fin de año.

En el ejemplo analizamos:
Entre las proposiciones “registrarán una rebaja” y “pronostican que bajará” se establece una relación de co-referencia o identidad referencial: ambas denotan el mismo referente, en este caso, las tarifas telefónicas. Esto lo podemos advertir porque en el texto hay señales “rebaja” “bajará” y también porque podemos interpretar la relación de esos significados lingüísticos con entidades del mundo real, en este caso, el costo de las tarifas telefónicas que utilizamos cotidianamente.

También hay identidad referencial entre “el costo de las tarifas telefónicas” y “cuesta 1 peso” y “bajará a 20 centavos”. Mientras que lo mismo se cumple esta relación entre “rebajará cinco veces el costo” y “bajará a 20 centavos”.
De la misma manera, hay co-referencia entre “el uso de Internet” y “la hora de navegación”, aunque esta relación podrán establecerla sólo aquellos lectores que conocen la modalidad de aplicar el verbo navegar a la acción de buscar o conectarse a Internet.

Todas las proposiciones de este ejemplo tienen identidad referencial: “las tarifas telefónicas para Internet”, aunque se prediquen propiedades y relaciones distintas, tales como “ahora” y “a fin de año”, “1 peso” y “20 centavos”.

Marcos de conocimiento

La coherencia conceptual también se constituye con información proveniente de los marcos de conocimiento, esto es, conocimientos convencionales de los usuarios de una lengua. “Los marcos, dice van Dijk, definen lo que esperaríamos que fueran los transcursos de eventos posibles, normales y necesarios”.

La coherencia local involucra el concepto de mundo posible, que indica que un texto representa una secuencia de hechos que caracterizan un mundo particular, ya sea el mundo real o mundos inventados, imaginados, fingidos, soñados o supuestos.

Por ejemplo, en la emisión:
La Empresa de Teléfonos paga a los usuarios para que naveguen por Internet.

Remite a un estado de cosas que resulta falso, o no verdadero para el mundo posible de esta proposición puesto que en el mundo real las empresas cobran las tarifas a los usuarios, nunca las pagan.

En cambio, si la emisión es:
Soñé que la Empresa de Teléfonos pagaba a los usuarios para que naveguen por Internet.
Vemos que las proposiciones que la componen son admisibles y verdaderas para el mundo posible de un sueño.

Ligada a la condición de mundo posible, la coherencia local también se establece con otro tipo de marco de conocimiento, el conocimiento de mundo que utilizan hablantes y oyentes en el proceso de interpretación.

El conocimiento de mundo son informaciones o pedazos de informaciones generales y convencionales que dispone la mayoría de los usuarios de una lengua. En el momento de interpretar, esta información de marco se activa y contribuye decisivamente en el establecimiento de la coherencia y por lo tanto, también de la comprensión.

Para el ejemplo:
Las tarifas telefónicas bajarán de 1 peso a 20 centavos.

Podemos afirmar que en el significado de esta proposición hay una información contextual disponible para una cantidad masiva de usuarios que permite interpretar el valor de la rebaja, es decir, hay un conocimiento de mundo amplio mediante el que se puede inferir que las tarifas bajarán cinco veces su valor, simplemente, porque los usuarios pueden llegar a esa conclusión con una simple operación aritmética básica.

En cambio, para la proposición:
Cuesta 1 peso la hora de navegación por Internet

El significado de navegación aplicado a la red mundial de computadoras supone un conocimiento de mundo disponible para un grupo de usuarios que se interesan o pertenecen a la cultura de las computadoras y al ambiente cibernético, usuarios que pueden despejar que no se trata de navegación por el río, el mar o el espacio sino que así se denominan las acciones de búsquedas y contactos en el ciberespacio.

Lo conocido y lo nuevo

Una estrategia general utilizada por los escritores es que no es necesario incluir explícitamente en el texto información que se considera conocida por los lectores. Sólo la información nueva debe ser dada.

Pero para dar entrada a información nueva, a menudo hay que vincularla con información que ya se conoce pues ésa relación entre lo conocido y lo nuevo, entre lo ya sabido y lo no conocido es también la clave de la comprensión.

De modo que preestablecer los conocimientos de los lectores y darlos por presupuestos, configura un problema para el escritor, problema que demandará un movimiento estratégico en este campo, donde se trata de tomar decisiones orientadas a seleccionar tanto la información que quedará expuesta o explícita como la que dejará implícita.

Lo que va primero y lo que le sigue

Retomemos ahora el concepto inicial con que nos aproximamos a este tema: las estrategias de coherencia local tratan de explicar los mecanismos a través de los cuales se conecta la información a lo largo de un texto.

¿Pero cómo se lleva a cabo realmente este proceso mediante el cual el escritor construye una proposición y la conecta o relaciona con la siguiente?

Una formulación aproximada es la que proponen las autoras Mabel Marro y Amalia Dellamea:
“Una vez que el escritor constuye una proposición, la aloja en su memoria de corto plazo o memoria operativa. Esta proposición constituirá el input (ingreso) de la estrategia de formulación de oraciones. La estrategia consiste en la construcción en paralelo de una forma sintáctica determinada –por ejemplo, sujeto/predicado- que toma por base la información semántica y pragmática, la selección de expresiones lexicales –palabras- y las representaciones fonológicas de los sonidos.

Durante estas operaciones, la representación semántica será mantenida en la memoria de corto plazo ya que esta información es indispensable para establecer la coherencia entre la proposición anterior y la siguiente, facilitando de ese modo el proceso.

La proposición siguiente debe satisfacer un conjunto determinado de condiciones que son rastreadas por medio de una estrategia de selección.

Una vez hallada, la proposición que satisface las condiciones es alojada junto con la proposición anterior en la memoria operativa, para ser incluída posteriormente en el mecanismo de formulación de oraciones. Este mecanismo conducirá a imprimir señales en la superficie del texto para cumplir con las condiciones de coherencia. Las señales de superficie pueden ser pronombres, artículos definidos, marcadores de tiempo y lugar, entre otros conectivos.

A una oración como “la niña era traviesa”, podrá seguir otra del tipo: “Ella disfrutaba cuando torturaba a su gato”, donde “ella” es una señal para marcar al oyente o lector que sigue hablando de la primera niña y que “su” debe ser interpretado como “el gato de ella”.

En este caso, el escritor presupone que su interlocutor sabe a qué niña se refiere, y por eso necesita especificar esta información; o bien no quiere presentarla porque está por contar una historia en la que conviene identificar a la niña más adelante para mantener el suspenso.

La presente es una versión muy simplificada de cómo se supone que funciona el proceso de producción. Aunque sumario, este conocimiento arroja luz sobre las claves del complejo mecanismo que se pone en marcha en el intento por dar significación y hacerse comprender.” (MARRO y DELLAMEA, 1993:50)

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