martes, 19 de octubre de 2010

C.Scolari: Los espacios hipertextuales

Los espacios hipertextuales: la arquitectura de la información - Carlos SCOLARI

En un libro de clara impronta semiótica publicado en 1999 Gianfranco Bettetini, Nicoletta Vittadini y Barbara Gasparini (“Gli spazi dell’ipertesto”, Milán) se proponen interpretar al hipertexto “en clave espacial”, o sea entendiéndolo como un “lugar donde se estructura y vuelve visible un significado, predisponiéndose para su encuentro con el lector” (Bettetini et al, 1999:X). Los autores consideran al hipertexto “una tipología textual subyacente a todas las realizaciones tecnológicas que permiten la interconexión de nudos multimediales para permitir un recorrido reticular al lector” (1999:XI).



En otras palabras, el hipertexto –un “macrotexto compuesto por microtextos”, se caracterizaría por:
- organización modular y reticular del contenido
- presencia de diferentes tipologías de links que conectan los módulos textuales
- ausencia de una dirección de lectura única y obligatoria
- interactividad en la lectura
Esta definición de /hipertexto/ es amplia e incluye, más allá del género al cual pertenecen, tanto a las producciones off-line (cd-rom) como a Internet.
Desde esta perspectiva de análisis los autores distinguen tres espacios hipertextuales:
- Espacio lógico: hace referencia a la organización reticular de los contenidos, donde el sentido total es superior a la suma de todas las partes. Este espacio –que asume un valor principalmente semántico- se vincula a lo que en ámbito digital se denomina “arquitectura de la información”.
- Espacio visible: se refiere a la presentación de los contenidos, o sea al modo según el cual el espacio lógico se hace visible al lector. Este espacio –que asume un valor principalmente sintáctico- puede ser vinculado a lo normalmente denominamos “interfaz gráfica”.
- Espacio actuado: el hipertexto contiene en su interior una serie de dispositivos que organizan y anticipan los movimientos del lector. Como el autor de una novela, el diseñador modela los espacios virtuales y tiempos de la interacción para que el usuario/lector reconstruya el sentido de su producto. Según los autores “leer el hipertexto significa también conocer el espacio adonde se encuentran los contenidos” (1999:XX). Este último espacio –que asume un valor principalmente pragmático- se relaciona con el llamado “interaction design”.
En este trabajo –dedicado a la arquitectura de la información- profundizaremos el análisis del espacio lógico.
El espacio lógico
Detrás de cualquier texto, debajo de su superficie, se esconde una estructura conceptual. Cuando el periodista escribe una noticia coloca lo más importante al principio y a continuación el resto de los detalles en orden decreciente de importancia. De esta manera queda claramente establecida una estructura jerárquica (al principio lo importante, al final lo menos importante) que también hace su aporte a la construcción del sentido global del texto.
El espacio lógico se funda en esta organización topológica de los contenidos, la cual genera una jerarquización de los mismos operando con algunas categorías como centro/periferia, lejano/cercano, etc. Si bien algunos investigadores, marcados por el pensamiento deconstruccionista, insisten en la ausencia de estructura del hipertexto (George Landow), otros teóricos más cercanos al espíritu estructuralista –como el estadounidense David Bolter o el italiano Ruggero Eugeni- encuentran en la red de relaciones intertextuales “la responsabilidad de la capacidad del significante del hipertexto” (1999:54). Ellos reconocen que las relaciones entre los elementos de una construcción intertextual también contribuyen en la construcción del sentido del texto.
Ahora bien, si detrás del hipertexto existe una estructura topológica de sus contenidos, esto significa que detrás de esta organización se encuentra un “proyecto textual”, una “intención comunicativa” que se expresa “en el orden posicional recíproco de los elementos” (1999:59) que la componen. Desde esta perspectiva los autores, sin pretender agotar otras posibles organizaciones de contenidos, han identificado tres estructuras hipertextuales:
- Paralela: los contenidos, a partir de un menú o home-page, se dividen en ambientes separados, todos ellos en el mismo plano jerárquico. Estos “capítulos” no poseen conexiones transversales, sólo se puede entrar y salir de ellos pasando por el menú o home-page. En este modelo la jerarquización y la interconexión son mínimas.
- Galaxia: los contenidos se organizan en secciones y sub-secciones, con algunas conexiones transversales. En este modelo los contenidos están fuertemente jerarquizados y parcialmente interconectados.
- Reticular: los contenidos se organizan de manera multipolar, sin alguna jerarquía y donde una red de links permite navegar libremente entre todos los textos que componen la red. En este modelo la jerarquización es mínima y la interconexión elevada.
A modo de conclusión, podemos decir que el espacio lógico es el lugar donde se definen las relaciones espaciales, el orden posicional y las jerarquías existentes entre los elementos que componen el hipertexto. El espacio lógico, en síntesis, es el “lugar de efectiva no-linealidad del texto, el espacio que contiene la estructura reticular (…) y, por lo tanto, el nivel donde se inscribe la lógica de organización de los contenidos del hipertexto” (1999:145).
Arquitecturas de la Información
En su clásico “Information Architecture for the WWW” (1998) Lou Rosenfeld y Peter Morville describen tres tipos de “organization structures” en Internet:
- Jerárquica: la base de “casi todas las buenas arquitecturas de la información es la jerarquía.
En este mundo hipertextual de redes, esta frase puede parecer blasfema, pero es la verdad” (Rosenfeld-Morville, 1998:37). El orden jerárquico está presente en nuestra vida cotidiana, por ejemplo lo encontramos en las clasificaciones de las ciencias o en los organigramas empresariales: por ese motivo los usuarios de la web “entienden” y se encuentran a gusto en los sitios realizados siguiendo este tipo de estructura. Rosenfeld y Morville aconsejan comenzar la construcción de una arquitectura de la información a partir de este modelo. Tanto las formas “galaxia” como la “paralela” analizadas por Bettetini, Vittadini y Gasparini se pueden incluir dentro de las estructuras jerárquicas.
- Data-base: un data-base es una colección de datos organizados por categorías (por ejemplo nombre y apellido, dirección, teléfono, e-mail, etc.). La base de datos permite buscar rápidamente cualquier información y organizarla dentro de ciertos límites impuestos por el software. Los límites de esta forma de organización de la información en la web está dada por la rigidez de los datos, los cuales deben siempre ajustarse a las categorías indicadas en el data-base.
Según Rosenfeld y Morville las bases de datos “se aplican a sub-sitios o colecciones de informaciones estructuradas, homogéneas, dentro de un sitio mayor” (1998:41).
- Hipertexto: similar al modelo “reticular” analizado por Bettetini, Vittadini y Gasparini. A pesar de su gran flexibilidad, las estructuras reticulares –donde no existen jerarquías, y todo está potencialmente conectado con todo- presentan no pocos problemas de navegación al usuario.
A diferencia del modelo jerárquico, el usuario difícilmente llega a construirse un modelo mental de la estructura, por lo puede llegar a perderse fácilmente dentro de la red de textos. Por estos motivos Rosenfeld y Morville sostienen que no conviene comenzar el diseño de una arquitectura de la información a partir de este modelo: lo mejor es crear una estructura jerárquica básica y en una segunda fase construir los links transversales necesarios.
Como podemos ver, a pesar de tantos discursos que ensalzaban la hipertextualidad algunos info-arquitectos no tardaron en evidenciar los límites de las estructuras reticulares, las cuales no poseen ningún tipo de jerarquía ni orden de contenidos. La organización jerárquica se presenta, de esta manera, como la base a partir de la cual comenzar a construir estructuras más complejas. El uso de este tipo de organización implica afrontar una serie de cuestiones que detallaremos brevemente a continuación.
Por una parte, las categorías jerárquicas deben ser mutuamente excluyentes: las berenjenas entran en la categoría “verduras” y las milanesas en “carnes”, pero las milanesas de soja … adónde deben ser incluidas? A veces podemos permitirnos el lujo de colocar un mismo elemento en dos categorías diferentes, pero si esta práctica se extiende la clasificación pierde todo su sentido. Recordemos que “organizar la información es un hecho subjetivo, porque las relaciones que la gobiernan dependen del contexto, del conocimiento y de la experiencia” (Fleming, 2000:61).
Otro elemento crítico está dado por la “profundidad” de la jerarquía. Una estructura “ancha” (“broad”) presentará muchas opciones (secciones) en el primer nivel y pocos contenidos dentro de ellas; una estructura “profunda” (“deep”), ofrecerá pocas secciones en el primer nivel pero se extenderá en numerosas ramificaciones (sub-secciones) en los niveles inferiores. Considerando los límites cognitivos de la memoria humana, los especialistas aconsejan no construir estructuras demasiados anchas (por ejemplo con más de diez secciones). Respecto a la “deepness”, una estructura demasiado profunda puede complicar la navegación: el usuario, después de cliquear varias veces para “bucear” en la estructura de un hipertexto, puede sentirse frustrado y abandonar la búsqueda (y el sitio).
Finalmente, desde el punto de vista del re-design resulta menos problemático agregar elementos en la parte inferior de la estructura jerárquica que en el primer nivel; en este segundo caso a menudo se debe remodelar la interfaz gráfica para dar cabida a las nuevas secciones, sin contar con la confusión mental que se crea en el usuario acostumbrado a un cierto tipo de estructura.

Espacios hipertextuales
La creciente complejidad y los diferentes objetivos de comunicación planteados por los sujetos que participan en la red digital han llevado a que se desarrollasen diferentes estructuras de información. Joel Sklar, en su libro “Principles of Web Design” (2000), ha identificado diferentes formas de organización la información en Internet:
- Estructura lineal: la organización es lineal y el recorrido de lectura único y predefinido. El usuario puede sólo avanzar o retroceder como si se tratase de un libro. Este tipo de estructura es ideal para recorridos de tipo “narrativo” (contar una historia, describir un proceso, etc.).
- Estructura paralela: la información se divide en diferentes secciones que permiten recorridos lineales en su interior. Pueden existir algunas conexiones transversales. Esta estructura es muy empleada en cursos de formación.
- Estructura reticular: todas las páginas están interconectadas entre sí. Para evitar que el usuario “se pierda” en el laberinto hipertextual conviene indicar en cada página la ubicación exacta de la misma. Es ideal para webs que quieren favorecer la exploración por parte del usuario.
- Estructura jerárquica: como ya hemos indicado, es la estructura más difundida. El usuario puede tener un panorama general de los contenidos y saber con cierta precisión adónde se encuentra. La navegación dentro de cada sección es lineal.
- Estructura tipo cluster: similar a la estructura jerárquica, pero las páginas se reagrupan en “islas” específicas. La navegación dentro de estas secciones es libre.
- Estructura tipo catálogo: estructura similar al data-base de Rosenfeld y Morville. El usuario navega libremente, elige y compara productos. Cuando decide comprarlo, entra en un “túnel” (estructura lineal) para efectuar el pago. Estructura clásica de las webs dedicadas al e-commerce.
A modo de síntesis, podemos decir que existen diferentes formas de organizar y analizar la información dentro de un ambiente hipertextual. La mayor parte de los investigadores, más allá de la profundidad de su enfoque o del contexto teórico, tienden a oponer las formas reticulares (hipertextuales) a las formas jerárquicas (arborescentes). Como acabamos de ver, construir una web totalmente reticular y fácil de navegar es una empresa difícil (Diderot y d’Alembert reflexionaron profundamente sobre este tema hace dos siglos y medio…), por lo que la gran mayoría prefiere partir de un modelo arborescente para después agregar eventualmente los links transversales.
Esto significa que el hipertexto es una utopía inalcanzable? Todo lo contrario. Basta “salir” de cualquier sitio organizado jerárquicamente para encontrarnos con el verdadero laberinto de informaciones, un territorio caótico que crece día a día, ideal para perderse y que nos invita a seguir explorando: la World Wide Web.

Carlos Scolari

Biblio

Bettetini, G. - Vittadini N.- Gasparini B. "GLI SPAZI DELL’IPERTESTO ", Bompiani, Milán, 1999
Rosenfeld, L. - Morville, P. “INFORMATION ARCHITECTURE FOR THE WWW”, O’Reilly, Sebastopol (CA-USA), 1998
Fleming, J. “WEB NAVIGATION”, O’Reilly, Sebastopol (CA-USA), 1998
Sklar, J. “PRINCIPLES OF WEB DESIGN”, Course Technology, USA, 2000

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